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as seen off tv
viernes, 29 de junio de 2012
sábado, 23 de junio de 2012
ALGO ES ALGO (el vídeo de la foto de McDonald's).
by SantiPina
Imaginemos que una empresa de comida rápida ve bueno para su
comunicación y su imagen abrir un canal de diálogo en el que cualquier persona
puede preguntar lo que quiera acerca de esa empresa y, lo más importante, es
convenientemente contestada. Podemos imaginar incluso que, más allá del
rendimiento en comunicación e imagen, la razón de hacer esto es tan simple como
"no podemos no hacerlo" o "de qué idiota dependía que no
estuviéramos haciéndolo ya".
La naturalidad con que la directora de marketing de
McDonald's en Canadá pasa una mañana explicando -no intentando explicar, sino
explicando- por qué el aspecto de una hamburguesa recién salida de la cocina no
es tan guay como la recién salida de la imprenta hace pensar que allí la razón
es la segunda.
Da la impresión. En realidad todo está bastante más
preparadito de lo que parece. Mover un poco la cámara puede ser suficiente para
aparentar un rodaje de "aquí te pillo aquí te mato", pero seamos
francos: es materialmente imposible iluminar tan bien a una mujer durante tanto
tiempo en tantos sitios, por muy rubia que sea. Y es materialmente imposible
que tanta gente diga las cosas correctas en los momentos adecuados, aunque sean
canadienses (la empleada de la tienda un poco menos, como era de esperar).
Y dicho esto, ¿qué coño importa?
- ¡No, no lo hagamos! -dijo el idiota-. Podrían pensar que
solo es un spot gratuito para
promocionar el canal ese de "envíennos sus preguntas"... E
insisto en lo que os advertí en las anteriores reuniones: ese canal nos puede
traer más de un quebradero de cabeza. ¿Qué pasará cuando alguien pregunte sobre
los tomates transgénicos, o nuestra política de sueldos, o de qué país
importamos las vacas o de qué espantosa
manera han sido sacrificadas? ¿Qué pasará si alguien pregunta sobre la
retribución de nuestros directivos? ¿Qué pensarán ellos?
- ¿Todavía estás aquí, Lenny?
De verdad que no sé si esa conversación podría haberse dado
en McDonald's. No es una multinacional que haya ejemplificado nada
especialmente positivo a lo largo de su historia, y hacer una búsqueda en
Google Images con el nombre de la empresa devuelve más ideas de activismo
“anti...prácticamente todo” que hacerlo con George W. Bush. Pero en relación a
este vídeo y otros más, y al margen de las dudas, pienso que muchas marcas nuestras con
la conciencia probablemente más tranquila tienen mucho que aprender.
Aprender que hay gestos que la gente agradece, como que les
inviten a hacer preguntas incómodas. La gente se siente mejor cuando tiene la
sensación de que existe. Y aún más si la tiene de que puede participar e
influir de alguna forma.
También podemos aprender que la mayoría de los temores se
refieren, en realidad, a posibilidades que jamás llegarían a empañar las
ventajas. Creo que hay ya algún que otro "contravídeo" en respuesta
al de McDonald's. Y creo que es lo mejor que podría pasar, porque sin voces en
contra no es posible comparar la avalancha de buenas críticas que recorren
estos días Internet.
Esa es otra de las cosas que evidencia este vídeo: el poder
de la red para dejar que las buenas ideas ganen notoriedad por sus propios
méritos. En facts:brands nos gusta una frase que define muy bien esto: "la
publicidad es el precio que tienes que pagar por ser poco creativo".
Y por supuesto, podemos aprender que, bueno, las directoras
de marketing pueden tener un aspecto saludable... O dicho de otra forma, que la producción importa. Que para grabar la realidad de una empresa hay que ser honesto, pero no está de más llevar un poco de luz y un par de ideas de realización (y al realizador, claro; y un guionista ayuda mucho...), y tratar esta comunicación con calidad. Como si la empresa se sintiera orgullosa de lo que está mostrado, en definitiva.
Ojalá fuera de otra forma, pero las grandes empresas siempre
despiertan grandes dudas. Nos alegra comprobar que las pequeñas ideas, los
pequeños gestos, dejan entrever que hay un gran interés en que eso cambie.
domingo, 18 de marzo de 2012
1. EL PRIMER VÍDEO CORPORATIVO DE LA HISTORIA.
La primera vez que alguien pudo ver una película de cine fue en 1895.
El 28 de diciembre, los hermanos Lumière proyectaron en el
Grand Café de París una pieza titulada “La salida de los obreros de la fábrica
Lumière” seguida de otras nueve más. No había más de 35 espectadores en la
sala, pero su impresión fue tan grande que en pocos días miles de personas competían
por ver a ese puñado de mujeres y hombres saliendo por la puerta de la fábrica
Lumière, y a un perro asustado.
Auguste y Louis eran empresarios. De hecho, Lumière era
líder europeo en fabricación de placas y años después desarrollaría uno de los
primeros sistemas de fotografía en
color. Realmente el invento del cinematógrafo había sido un reto más de
I+D dentro de la compañía, incitados
por su padre al conocer el poco comercializable kinetoscopio que acababa de
presentar Edison tan solo un año antes. Y también fue una línea de negocio
abandonada cuando, pasado un tiempo, no parecía que fuera a seguir animando la
cuenta de resultados de la empresa.
Eran empresarios, innovadores y rápidos. Por eso es
razonable que la primera película de cine fuera también el primer video
corporativo de la historia. No solo porque lo que se veía en ella era su
fábrica, a la que por cierto no vieron necesario añadir un gigantesco letrero
que la identificara, sino además porque la proyección en sí era un acto de comunicación
de la capacidad innovadora que albergaba la firma.
Ese mismo año se había celebrado el primer rally
Paris-Bordeaux-Paris, evento que se aprovechó para anunciar el primer neumático
Michelin; Francia conquistó Madagascar y salió publicado el libro “La máquina
del tiempo” de H. G. Wells. En fin, había unos cuantos asuntos populares que
grabar incluyendo el argumento de una buena peli de ficción. Pero los Lumière
decidieron inaugurar el cine mostrando al mundo sus propios trabajadores.
Tal vez no sabían que iban a hacer historia. Y por supuesto
ni se imaginaban que pasado más de un siglo habría quien creyera que hacer
hueco a los propios trabajadores en la comunicación es mucho mejor para una
empresa que hacérselo a un cartel gigantesco en la puerta de la fábrica.
En facts:brands creemos que es así. Creemos que todo lo que
ha ocurrido desde que nació el cine puede ayudar a que las marcas de hoy
comuniquen de un modo más acorde a lo que exigen nuestros tiempos: con
transparencia, abriendo las puertas de las fábricas, contando ideas que hacen
historia o que al menos hacen algo por mejorar la vida de los demás, y dando a
las personas que mueven la máquina el protagonismo que merecen.
Lo llamamos comunicación corporativa de hechos. Consiste en
convertir la realidad de una empresa en comunicación, y en comunicar
precisamente eso: la realidad que merece ser contada. Sin miedo a no tener
modelos, grandes localizaciones o, en definitiva, nada que no pueda conseguir
un perro asustado.
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